Alejandro Gonzalez | 19:45

La gente efectiva para orar es efectiva para hablar

En la actualidad podemos leer a diario sucesos escalofriantes que son derivados de no cumplir el octavo mandamiento, empiezan con pequeñas acciones de esconder un mal comportamiento como muchos padres hacen ante las faltas de sus hijos a la escuela y siguen escalonándose hasta que de pronto nuestros niños son adultos y se han convertidos en unos mentirosos seriales que rápidamente encuentran la solución a sus problemas en la punta de su ya afilada lengua.

La mentira se comporta igual que un ovillo de hilo pronto son tantas las vueltas que no podemos ver el inicio creyendo que la realidad es lo que esta alrededor comportándose al igual que lo dicho por el rey Salomón: "Sabroso es al hombre el pan de mentira; Pero después su boca será llena de cascajo" (Prrov 20:17).

Ten cuidado con lo que dices

En este sentido el  pastor Cash Luna en su fans page de Facebook recordó a sus seguidores tener presente el cumplir con el octavo mandamiento que Dios confió a los hombres por medio de Moisés: "No dirás falsos testimonios, ni mentirás" (Éxodo 20:16), el cual tiene mucho que ver con las palabras que usamos cada día, porque no solo ordena no difamar al prójimo sino también no dar lugar a las maquinaciones que utilizamos para no ser castigados y tejemos en nuestra mente concluyendo en una mentira, que a la postre de tanto querer defender saldrá a la luz. 

"Entonces, vemos que Dios no solamente aconseja que hablemos bien, sino que condena a quienes usan su boca para decir mentiras en contra de sus hermanos. ¡No critiques! Si no tienes nada bueno que decir, mejor cierra tu boca, porque serás juzgado por lo que digas, no solo por los hombres, sino por Dios", destaca el pastor guatemalteco.  

Es importante tener en cuenta que nuestra palabras ociosas serán juzgadas por Dios y también que por ellas seremos condenados, según las propias palabras de nuestro Señor Jesucristo "Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado." (Mt. 12:38-37)

No obstante si un creyente cede a la tentación de hablar mal y cae en este pecado, debe reconocerlo, y confesarlo a Dios enfrentado también al prójimo ofendido en busca de su perdón. Aunque es sabido que Dios nos otorgara su perdón y limpieza pues "si confesamos nuestros pecados, él es FIEL y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 Jn. 1:9) no sabremos cual será la actitud de nuestro prójimo pero si es acorde al sentir cristiano nos perdonara y sino habrá que darle tiempo y comprensión, orando para que el Señor le de fortaleza. (Mateo 5:23-25) 

Por último Cash Luna destaca en Facebook que "la gente efectiva para orar es efectiva para hablar, sabe comunicarse con todos, por lo que también establece una íntima comunicación con Dios".

(Este articulo fue publicado originalmente el 19/11/2014; reeditado y revisado el 27/06/2015)
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