Alejandro Gonzalez | 7:22

El peligro de la Murmuracion, nos convierte en jueces de Dios


Desde hace tiempo ya que escucho como la gente se auto-maldice a si misma por medio de la critica despiadada y la murmuración hacia todo lo que lo rodea, regodeándose cuando sus agoreros vaticinios se cumplen repitiendo como loros: "Yo ya lo decía...", "...pero es que no se dan cuenta que no podíamos ser...", entre otro sin numero de frases.

Sin embargo no se han dado cuenta que lo único que han echo es poner en funcionamiento una simple y a la vez complicada de entender maquina espiritual de infringir daño.

Simple porque la palabra para lo que fue enviada -hablada con un fin objetivo- ira, lo hará y volverá prosperada es decir que si hable mal de alguien u algo lo único que puedo recibir es daño espiritual pues fue para desear ese mal que la palabra fue dicha (Isaias 55:11)..

En respuesta a si esto ¿es o no así? solo basta un botón de muestra, solo nos restaría entender que es el hablar de otro, sin que este se encuentre presente por lo que podríamos decir que mundanamente a este accionar se lo llama "chusmerio", mientras que la palabra de Dios lo cataloga como 'murmuración', una actitud que nos pone en el lugar de 'malos jueces'. Es decir nos creemos las mentiras que decimos y las tomamos como una verdad que sentencia al otro sin ni siquiera darle lugar a la defensa.

Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que MURMURA del hermano y juzga a su hermano, MURMURA de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. (Santiago 4:11)
No obstante y hasta si tuviésemos la razón en lo que decimos y aseveramos sobre un tercero que no esta presente Dios nos dice que esta actitud es igual que el juzgarlo a él, algo irrisorio si lo entendemos como nuestro creador pues él es el único Juez Justo y por ende quien tiene la atribución de condenar o vengar una acción.


Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura. (Dt. 32:35)

Si afilare mi reluciente espada, Y echare mano del juicio, Yo tomaré venganza de mis enemigos, Y dare retribución a los que me aborrecen. (Dt. 32:41)
En la carta de Judas -no el traidor- nos muestra que la finalidad de la murmuración es el provecho propio o la búsqueda de este aprovechamiento utilizando la lisonja o el elogio a aquellos que les pueden dar acceso a complacer sus vanos deseos. Aunque en la mayoría de los casos estos no tienen acceso ni a los unos u los otros.

Estos son murmuradores, querellosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho. (Judas 1:16)
En fin el chusmerio "santo o no" o la murmuracion solo nos perjudica en el poder alcanzar nuestros objetivos por lo que viene al caso traer a la memoria el viejo adagio de "que en boca cerrada no entran moscas"
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